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¿Masticar chicle ayuda o daña tus dientes? La ciencia detrás del mito

Es una pregunta más común de lo que parece… y probablemente tú también la has tenido alguna vez. Estás en el coche, acabas de comer algo y no tienes a la mano un cepillo dental. Así que piensas: “Bueno, al menos me echo un chicle para limpiarme los dientes”. ¿Suena lógico, no? Pero, ¿realmente es una buena idea?


La respuesta corta es: depende del tipo de chicle que mastiques y de cuánto lo hagas.

masticar chicle es bueno para la salud bucal

Comencemos con lo bueno: sí, masticar chicle puede tener beneficios para tu salud bucal, pero —como todo en odontología— tiene matices. No todos los chicles son iguales, y no todos los hábitos son inofensivos.


Lo que dice la ciencia (y los dentistas)


Masticar chicle sin azúcar, especialmente si contiene xilitol, puede estimular la producción de saliva. Y eso es algo que a tu boca le encanta. La saliva no solo ayuda a neutralizar los ácidos que producen las bacterias después de comer, sino que también contribuye a arrastrar restos de comida y fortalecer el esmalte dental gracias a los minerales que contiene.


En pocas palabras: más saliva = menos riesgo de caries.


De hecho, hay estudios clínicos que han demostrado que masticar chicle sin azúcar después de las comidas puede reducir la aparición de caries dentales, sobre todo cuando no tienes la posibilidad de cepillarte de inmediato. Es por eso que muchos odontólogos lo recomiendan como complemento (ojo, complemento, no sustituto) de la higiene oral.


Ahora... lo no tan bueno.


Cuando el chicle se convierte en un problema


Masticar chicle con azúcar sí puede ser dañino. Las bacterias de tu boca adoran el azúcar, y cuando les das ese “caramelo masticable” durante varios minutos, estás alimentando a tu peor enemigo bucal. Más azúcar = más ácido = más riesgo de caries.


Además, el exceso de masticación, incluso con chicles sin azúcar, puede generar otros problemas. Por ejemplo, si tienes problemas en la articulación temporomandibular (ATM), puedes empeorarlos. También puede causar molestias musculares o fatiga mandibular si lo haces con demasiada frecuencia o por tiempos prolongados.


Otro detalle importante: si usas ortodoncia (especialmente brackets), los chicles están prácticamente prohibidos. No solo pueden pegarse a los aparatos, sino que pueden dañarlos o provocar movimientos no deseados.

qué tan malo es masticar chicle

Entonces… ¿el veredicto?


Si eliges chicle sin azúcar, lo masticas con moderación (unos 10-20 minutos después de las comidas), no tienes problemas articulares ni aparatos dentales, sí puede ser un buen aliado para tu salud oral. Pero si lo conviertes en un hábito excesivo o eliges chicles con azúcar… el efecto podría ser todo lo contrario.


Y recuerda: ningún chicle reemplaza el cepillado, el hilo dental ni las visitas al dentista. Es solo una herramienta complementaria, útil en momentos puntuales… no una excusa para evitar la higiene real.


En resumen: tu chicle puede ayudarte o dañarte… todo depende de cuál eliges y cómo lo usas. Así que la próxima vez que sientas la tentación de abrir ese paquete, fíjate bien en los ingredientes y mastícalo con conciencia. Tu sonrisa te lo va a agradecer.

 
 
 

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