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Cómo influye la postura corporal en tu mordida: una conexión poco conocida

Sí, lo sabemos… a simple vista, puede parecer que tu espalda y tu mordida no tienen mucho que ver. Pero lo cierto es que tu cuerpo está tan conectado que una mala postura podría estar afectando la manera en la que tus dientes encajan al morder, tu respiración, tu tensión muscular… y mucho más de lo que imaginas.


Piénsalo así: la mandíbula no flota sola. Está sostenida por músculos, huesos y articulaciones que se relacionan directamente con el cuello, los hombros, la espalda y hasta la pelvis. Si hay un desequilibrio postural (por ejemplo, si sueles inclinar la cabeza hacia adelante por estar mucho tiempo frente al celular o la computadora), esa desalineación puede repercutir en la posición de tu mandíbula... y de ahí, en tu mordida.

mala postura

De hecho, algunos pacientes que presentan maloclusiones (es decir, dientes que no encajan bien) también pueden tener dolores cervicales, tensiones musculares o incluso problemas de equilibrio. No es coincidencia. Cuando la columna vertebral pierde su alineación natural, el cuerpo trata de compensarlo… y uno de los lugares donde se nota ese esfuerzo es en la articulación temporomandibular (sí, esa que a veces truena o se tensa cuando abrimos la boca o masticamos).


¿Y cómo saber si tu postura está afectando tu mordida? Hay varias señales que pueden darte pistas: dolores de cabeza frecuentes, chasquidos al abrir o cerrar la boca, desgaste irregular de los dientes, tensión constante en cuello y hombros o incluso dificultad para cerrar los labios de forma natural. Claro, no todo se debe a la postura… pero vale la pena considerar este factor cuando hablamos de salud bucal integral.

la mala postura afecta la mandibula

La buena noticia es que hoy en día existen tratamientos cada vez más integrales. En muchos casos, la ortodoncia invisible (como Invisalign) puede ir acompañada de un enfoque interdisciplinario donde se trabaja junto con fisioterapeutas, osteópatas o especialistas en postura para mejorar no solo la alineación dental… sino también la forma en que todo tu cuerpo se equilibra.


Cuidar tu postura no solo ayuda a tu espalda: puede marcar la diferencia entre una mordida cómoda o una que, con el tiempo, cause molestias. Así que la próxima vez que sientas dolor al masticar o al bostezar… no mires solo tus dientes. Observa también cómo estás sentado, cómo duermes, si inclinas mucho la cabeza al ver el celular… y consulta con tu dentista. Porque a veces, la clave está en mirar el cuerpo como un todo.

 
 
 

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