Retenedores invisibles post-ortodoncia: cuidados, tipos y cuándo son necesarios
- Dra. Andrea Castro

- 21 oct
- 2 Min. de lectura
Cuando alguien termina un tratamiento de ortodoncia, la primera sensación suele ser una mezcla de alivio y emoción. Por fin los dientes se ven alineados, la mordida está corregida y la sonrisa cambia por completo… Pero lo que muchas personas no saben es que esa etapa no marca el final definitivo del proceso, sino el inicio de otra igual de importante: el uso de retenedores invisibles.
Los dientes, después de haber estado en movimiento constante gracias a brackets o alineadores, tienen una especie de “memoria” que los empuja a volver a su posición original. Esto significa que, si no se utilizan retenedores, la sonrisa puede desalinearse de nuevo con el tiempo. Es aquí donde los retenedores invisibles entran en juego: una solución cómoda, estética y discreta que ayuda a mantener los resultados logrados.

Existen diferentes tipos de retenedores, pero los más populares actualmente son los invisibles. Están elaborados con materiales transparentes y se adaptan perfectamente a la forma de los dientes, muy parecidos a los alineadores de tratamientos como Invisalign. A diferencia de los retenedores fijos, que se cementan en la parte posterior de los dientes y permanecen ahí, los removibles ofrecen la ventaja de poder quitárselos para comer, lavarse los dientes o en ocasiones especiales. Eso sí, requieren de disciplina y constancia, porque si no se usan el tiempo indicado por el ortodoncista, los dientes pueden comenzar a moverse lentamente sin que lo notes.
En cuanto a los cuidados, no basta con colocarlos todas las noches. Los retenedores invisibles deben limpiarse correctamente para evitar la acumulación de bacterias o mal olor. Lo ideal es lavarlos con un cepillo suave y agua fría (nunca caliente, porque el calor puede deformar el material). Además, deben guardarse siempre en su estuche cuando no se usan para evitar que se pierdan o se rompan accidentalmente.
Pero la gran pregunta es: ¿hasta cuándo hay que usarlos? Aunque cada caso es distinto, la mayoría de los especialistas recomienda que se utilicen de manera constante al menos durante el primer año tras la ortodoncia, y después, como mínimo, durante las noches de forma indefinida. Puede sonar exagerado, pero piensa que el pequeño esfuerzo de colocarte un retenedor por la noche es lo que garantiza que tu sonrisa se mantenga alineada toda la vida.

En resumen, los retenedores invisibles no son un “extra” opcional, sino la parte esencial que asegura que todo el tiempo, la inversión y el esfuerzo puestos en un tratamiento de ortodoncia no se pierdan. Si has terminado tu tratamiento o estás a punto de hacerlo, consulta con tu ortodoncista qué tipo de retenedor es el adecuado para ti y cómo incorporarlo a tu rutina diaria.
En nuestra clínica entendemos lo importante que es mantener tu sonrisa en perfecto estado después de la ortodoncia. Por eso, te acompañamos en cada etapa, desde los primeros ajustes hasta el seguimiento con retenedores. Agenda tu cita con nosotros y descubre cómo cuidar de tu sonrisa para que el resultado dure para siempre.








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