¿Llevas ortodoncia? Así cambia tu rutina de limpieza dental (y por qué no deberías ignorarlo)
- Dra. Andrea Castro

- 24 abr
- 2 Min. de lectura
Cuando empiezas un tratamiento de ortodoncia, todo cambia… incluso tu rutina de higiene. No es solo que ahora hay alambres o alineadores en tu boca, es que cada rincón se convierte en una pequeña trampa para restos de comida y placa. Y si no lo manejas bien, pueden aparecer caries, inflamación o manchas justo donde menos las quieres. Pero no te preocupes… no es complicado. Solo necesitas adaptarte (y aquí te cuento cómo).

El cepillado ya no es lo de antes… y eso está bien
Sí, ahora toca dedicarle un poco más de tiempo. Cepillarse con brackets o alineadores implica ser más meticuloso, no más agresivo. Si usas brackets, lo ideal es que lo hagas después de cada comida, con un cepillo de cerdas suaves (o uno especial para ortodoncia) y mucha atención a la línea de las encías, entre los brackets y debajo del arco metálico. Si usas Invisalign, hay que cepillar los dientes y los alineadores antes de volver a colocarlos… porque sí, las bacterias también se cuelan ahí.
El hilo dental se convierte en tu mejor aliado (aunque al principio no parezca)
Con brackets, pasar el hilo puede parecer misión imposible… pero para eso existen los pasadores o los hilos especiales con punta rígida. La clave es hacerlo con paciencia, al menos una vez al día, para limpiar entre los dientes y evitar que se acumulen restos que no ves, pero que tu aliento (y tus encías) sí notan. Si usas ortodoncia invisible, el acceso es más fácil, así que no hay excusas para dejarlo pasar.

¿Y los enjuagues? También tienen su papel
Un enjuague con flúor puede ser una gran ayuda durante la ortodoncia. Ayuda a fortalecer el esmalte y a combatir las bacterias que se esconden en esos lugares donde el cepillo no llega. Pero cuidado con los que tienen alcohol… ya sabes (si no, pasa por el blog anterior).
Herramientas extra que hacen la diferencia
Cepillos interproximales, irrigadores dentales, ceras para brackets… todo eso que antes ni conocías, ahora se vuelve parte de tu día a día. Y aunque parezcan muchos pasos, créeme: se vuelven parte de tu rutina casi sin darte cuenta. Especialmente cuando notas la diferencia en cómo se siente tu boca (y cómo se ve tu sonrisa).

Tu limpieza profesional también cambia
Durante un tratamiento ortodóntico, las limpiezas con tu dentista deben ser más frecuentes. Generalmente cada 4 meses, en lugar de cada 6. ¿La razón? El riesgo de acumulación de placa aumenta, y una limpieza profunda ayuda a prevenir problemas que podrían retrasar o complicar tu tratamiento.
En resumen: llevar ortodoncia no significa solo alinear los dientes… significa cuidarlos más que nunca. Y aunque al principio parezca mucho, en realidad es solo una nueva forma de demostrarle a tu sonrisa cuánto te importa.
¿Estás pensando en comenzar tu tratamiento? ¿Tienes dudas sobre cómo cuidar bien tus dientes en el proceso? Podemos ayudarte… agenda tu cita con nosotros y empieza con el pie derecho.








Comentarios